Los productos «toxic free» son aquellos que no contienen sustancias químicas perjudiciales para la salud de las personas y del medio ambiente. Algunas de las sustancias tóxicas que se encuentran comúnmente en los productos de consumo incluyen:
Microplasticos: Se ha demostrado que los microplásticos causan daños en las células humanas, incluidas las reacciones alérgicas y la muerte celular. También pueden causar: Desordenes de alimentación y reproducción, alteraciones en el metabolismo energético y cambios en la fisiología hepática. Es importante saber que los microplásticos son uno de los contaminantes más preocupantes, complejos y de difícil manejo. Son partículas plásticas de tamaños menores a cinco milímetros originados por la fragmentación o fabricación directa de materiales de uso industrial y doméstico que llegan a los océanos, liberan sustancias químicas nocivas en el suelo que luego pueden filtrarse a las aguas subterráneas u otras fuentes de agua circundantes, y por ende a los ecosistemas, causando multitud de efectos dañinos en todas las especies que beben el agua.
Triclosán: Es un antiséptico utilizado en productos de cuidado personal y productos de limpieza. Su uso cada vez más generalizado, junto a la incapacidad de las plantas de tratamiento de aguas residuales para eliminarlo completamente, ha contribuido a su aparición en los ecosistemas acuáticos, donde ejerce efectos tóxicos sobre los organismos que los habitan. Por otra parte, una investigación de la Universidad de Massachusetts (EE. UU.), concluyo que también perturba la microbiota intestinal y favorece la inflamación del colon y el cáncer colorrectal.
Kathon (metil-isotiazolinonas): Es un conservante que ha demostrado ser un potente sensibilizante que puede causar dermatitis de contacto, la cual cursa lesiones cutáneas similares a un eccema, no sólo por contacto sino también por inhalación. Está demostrado que la exposición continuada a estos alérgenos termina en muchas ocasiones desarrollando una intolerancia. La última revisión de la legislación europea referente a este compuesto prohibió su uso en productos sin aclarado.
Fenoxietanol o phenoxyethanol: Es un conservante que cada vez presenta mayores restricciones por parte de las autoridades sanitarias, varios estudios han demostrado que puede provocar reacciones de tipo alérgico en la piel (irritación, dermatitis, erupciones, eczema, urticaria, etc). En la base de datos Skin Deep (EWG) (https://www.ewg.org/) está clasificado como tóxico de riesgo y aporta estudios que lo clasifican como alergénico, irritante, neurotóxico e inmunotóxico. En PubMed (https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/) se pueden consultar 250 estudios publicados en referencia a la toxicidad del fenoxietanol. La Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria ya recomienda evitar el uso de productos para bebés que contengan este ingrediente.
EDTA y NTA: Sustancias con un alto nivel de toxicidad que en las vías fluviales no se degradan.
Los productos «toxic free» de forma indirecta tienen beneficios para la salud, ya que al reducir la exposición a sustancias químicas tóxicas podemos prevenir efectos negativos a largo plazo. Además, estos productos son amigables con el medio ambiente, ya que no contienen sustancias tóxicas que pueden dañar los ecosistemas.
ESTO TE INTERESA: Es importante leer las etiquetas de los productos cuidadosamente, conocer su composición, su método de producción y su origen. Todos nuestros productos están libres de estas sustancias.